Saturday, November 9, 2013

Bing Crosby & Bob Scobey - Bing with a Beat

RCA, 1957 / 2004

Quien tenga noticia de Bing Crosby únicamente a través de sus grabaciones de temas navideños como el "White Christmas" de Irving Berlin (uno de los discos, eso sí, más vendidos de la historia de la industria discográfica) desconoce por completo el legado artístico de uno de los vocalistas más importantes e innovadores del siglo XX, cuya influencia se deja notar en la música de muchos otros grandes, entre quienes se incluyen nombres tan dispares como los de Frank Sinatra, Bob Dylan o Elvis Costello. Y, como acertadamente nos recuerda el crítico Will Friedwald en su libro Jazz Singing—una obra de obligada lectura que, por cierto, alguien debería encargarse de traducir al español—, la principal innovación introducida por Crosby, a finales de la década de los 20, cuando era uno de los varios vocalistas de la entonces famosa orquesta de Paul Whiteman, vino canalizada a través del jazz y de su fascinación por Louis Armstrong, otro gran innovador e íntimo amigo suyo. En efecto, todas las mejores grabaciones de la larga y prolífica carrera de Crosby tienen una impronta jazzística, especialmente las que realizó en los años 30 y 40, la época en la que se convirtió en todo un icono cultural gracias a sus registros fonográficos y a sus populares programas radiofónicos. Y es que Crosby fue uno de los primeros vocalistas en comprender la importancia del micrófono y en usarlo como un instrumento, no solamente como un medio para amplificar su voz, una voz de barítono perfecta para ser transmitida por las ondas hertzianas.

El clarinetista y arreglista Matty Matlock
La influencia del jazz en el estilo de Crosby resulta evidente en su fraseo y en su marcada tendencia a improvisar y jugar con las melodías y las armonías, en el modo en el que nunca canta una misma canción exactamente de la misma manera, e incluso en la calidez con la que interpreta esas baladas que tanta fama le proporcionaron. Además, a Crosby le gustaba el jazz tanto o más que jugar al golf, y siempre que le era posible, se rodeaba de magníficos jazzmen, como Eddie Lang, Joe Venuti, Duke Ellington (con quien grabó una excelente versión del "St. Louis Blues" de W.C. Handy), Jimmy Dorsey, Count Basie, Jack Teagarden o el ya mencionado Louis Armstrong. De hecho, Armstrong apareció como artista invitado en varios programas de radio presentados por Bing y en más de una de sus películas, además de grabar juntos el éxito "Gone Fishin'" e incluso un elepé entero en los años 60, Bing 'n' Satchmo, que ha sido reeditado en CD no hace mucho. Nacido en el estado de Washington en 1903, Crosby se interesó por el jazz a una edad temprana, en unos momentos en los que el dixieland era uno de los estilos prevalentes, y por ello, durante el resto de su vida, ése fue su tipo de jazz predilecto. No es extraño, pues, que en el disco que reseñamos hoy se encuentre acompañado por la Frisco Jazz Band de Bob Scobey, uno de las figuras principales del revival de dicho estilo que tuvo lugar en la Costa Oeste en los años 50. En 1957, cuando grabó Bing with a Beat para RCA, Crosby se encontraba parcialmente retirado después de más de treinta años siendo uno de los artistas de mayor renombre de la escena musical estadounidense. Incluso había decidido no renovar su contrato exclusivo con Decca, con objeto de no atarse a un solo sello y trabajar solamente en proyectos que despertasen su interés personal para cualquier discográfica que desease sacarlos a la luz. Sin nada que demostrar a nadie, poco le importaban ya las listas de éxitos, prefiriendo disfrutar de su trabajo en el estudio, algo que emerge claramente en este álbum, cuya pretensión no es más que la de pasárselo bien junto a una serie de excelentes instrumentistas creando la música que más de satisfacía sin presión de ningún tipo.

El pianista Ralph Sutton
La banda que acompaña a Crosby en esta sesión está compuesta por músicos de un innegable talento: junto a Scobey a la trompeta, Clancy Hayes a la guitarra y el excelente pero poco conocido Ralph Sutton al piano (los únicos tres miembros regulares de la misma) encontramos a Dave Harris al saxo tenor, Matty Matlock al clarinete, Red Callender al bajo, y el a veces infravalorado Nick Fatool a la batería. Los arreglos corren a cargo del propio Matlock, quien se asegura de dar protagonismo no sólo a la voz de Crosby, sino también al piano, al saxo y a la trompeta, que disfrutan de bastante espacio para realizar inspirados solos. Éste es el caso de Sutton, cuya aportación a "I'm Gonna Sit Right Down and Write Myself a Letter" nos recuerda inequívocamente al estilo pianístico de Fats Waller, o del extraordinario solo de Scobey en la balada "Dream a Little Dream of Me", que suscita una sonora aprobación por parte de Crosby. La selección de canciones deja entrever una preferencia por composiciones que, como "Let a Smile Be Your Umbrella," "Along the Way to Waikiki", "Exactly Like You" o "Whispering", tenían ya en 1957 un cierto sabor añejo, un material con el que Bing se siente muy a gusto, entregándose a constantes improvisaciones de letra y melodía, especialmente en "Last Night on the Backporch" y "Some Sunny Day", esta última decorada por un notable solo de saxo de Harris. Pero uno de los momentos más memorables del álbum lo constituye la versión de "Mack the Knife" (tema grabado en español más que meritoriamente por José Guardiola, otro crooner sin duda influido por el jazz y por Crosby), un guiño a Louis Armstrong que pone en evidencia la enorme deuda de Scobey con el maestro Satchmo. La reedición en CD de 2004, como todas las de la serie Bluebird First Editions, es modélica, y si bien sólo presenta los doce cortes del elepé original, sin tomas alternativas, incluye interesantes notas salidas de la pluma del siempre original y entretenido Will Friedwald. Cualquiera que desee ir más allá de la blanca Navidad y adentrarse en la faceta de Bing Crosby como cantante de jazz, algo que es totalmente recomendable, no puede prescindir de este disco.

Bing Crosby, Bob Scobey y Red Callender durante la sesión

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